Turroneros de Castuera, más de 100 años viniendo a las fiestas de Los Santos
Plácida y José Tena siguen la tradición de su padre y de su abuelo ·
«Mi abuelo y mi padre fueron turroneros y ya mi abuelo venia hace cien años a estas fiestas y a otras muchas de Extremadura. Vestidos con la chambra y la romana a cuestas para pesar, llegaban a los pueblos con el cajón de turrón duro de almendra«.
Plácida Tena Morillo es de Castuera y, desde muy pequeña, ha vivido su vida de turronera con la familia, recorriendo ferias por toda Extremadura vendiendo el exquisito turrón duro y blando de Castuera y sus célebres almendras garrapiñadas.
El verano poco a poco va pasando y encontramos a Placida en las Fiestas de la Virgen de la Estrella en Los Santos.
«Mi abuelo y mi padre fueron turroneros y ya mi abuelo venia hace cien años a estas fiestas y a otras muchas de Extremadura. Vestidos con la chambra y la romana a cuestas para pesar, llegaban a los pueblos con el cajón de turrón duro de almendra. Aquí se quedaban en la posada»- cuenta José Tena, el hermano de Plácida, que se encuentra dentro de la caravana convertida en casa y en puesto a la vez.
En una mesita
«Ellos – mi abuelo y mi padre- llegaban a Los Santos en tren con una de aquellas moles de turrón – caja de turrón- que se vendía a granel. Llegaban a la estación y arrendaban un carricoche tirado por un mulo para traer la mesa y el producto hasta aquí, junto al árbol Gordo, donde dice la tradición que se apareció la Virgen de la Estrella». Comenta José.
Y Plácida recuerda que «ya su abuelo se ponía a vender en las fiestas junto a ese árbol gordo y cuando llovía, metía la mercancía en el interior del tronco que estaba hueco».
Y explica Placida que ahora es más cómodo que antes porque en la caravana lleva ahora de todo para vivir: lavadora, cocina, cuarto de baño, camas…
De la caseta a la caravana
«Cuando yo empecé, llevábamos las casetas que había que montar en cada pueblo, con las lonas y las maderas y en el interior lo imprescindible para poder vivir».
Placida, cuando apenas era una niña, iba al colegio en Castuera y cuando llegaba la temporada de ferias, en verano, acompañaba a sus padres.
«Empezábamos, como ahora lo hacemos mi hermano y yo- cuenta Plácida- en las de Corte de Pelea en Mayo y terminamos en Valdelacalzada en octubre»
Ahora el turrón no es de producción propia y los Tena lo compran en fábricas de Castuera.
«Lo traemos del duro y del blando y las garrapiñadas… las frutas escarchadas, el calabazate y los cocos y las chuflas, entre otras chucherías».
El oficio de turronero va decayendo, aunque aún se juntan en las principales ferias. Pero no hay relevo generacional.
«Mi hija Desiré, ahora está con nosotros, aquí en Los Santos, pero ella tiene su trabajo- es trabajadora social- y no va a seguir la tradición de sus antepasados. Mi hermano tampoco tiene descendientes que sigan la tradición así que non nosotros se cierra esta bella etapa de la vida de los tena». Comenta Placida
-k5SB--170x119@Leonoticias.jpg)
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.