El rito del 'santo entierro' volvió el Viernes Santo con mucha solemnidad
La Hermandad del Amarrao volvió a demostrar su buen gusto en la procesión y el rito del entierro ·
Entre los detalles, las 18 velas moradas sostenidas por hombre y mujeres que representan a las 18 personas que, según la tradición, estuvieron en el entierro de Jesús.La procesión del Santo Entierro ha discurrido, en la tarde del Viernes Santo, por las calles más céntricas de la población. La imagen del Cristo Yacente, en la urna de madera dorada y cristal que se conserva en la Iglesia Parroquial, y la de la Virgen de las Angustia, de riguroso luto, que también se guarda en la Parroquia, han salido del templo por la Puerta del Perdón a hombros de las cuadrilla de la Hermandad del Amarrao.
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Una banda de tambores de Villafranca- del Cristo de la Luz- ha marcado con buen criterio el paso del Cristo Yacente y de la Virgen. Una novedad encontrarse con una banda de una veintena de tambores y ningún instrumento de viento. La Corporación Municipal ha acompañado con el alcalde Manuel Lavado a la cabeza, a las autoridades eclesiasticas. Tambien el jefe de la Policóa Local y el juez de paz.
18 velas moradas
Muchos espectadores a la salida y por las esquinas de las calles por donde ha discurrido esta procesión que ha pasado de ser un cortejo formado solo por hombres, a una procesión de hermandad, perfectamente organizada. Entre los detalles, las 18 velas moradas sostenidas por hombre y mujeres que representan a las 18 personas que, según la tradición, estuvieron en el entierro de Jesús.
El rito del entierro
Ya de vuelta a la parroquia, en la plaza de la Niña de la Tortuga, la reverencia de la Madre a su Hijo muerto y después, en el interior del templo parroquial, se celebró el 'entierro'. La imagen del Cristo Yacente fue llevada por cuatro costaleros hasta el altar donde se firmó, por parte de las autoridades eclesiásticas y civiles, un acta en la que se certifica este rito del entierro.
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Tras ello, se ha hecho una reverencia ante la imagen el Cristo muerto colocada en el altar mayor y se ha entregado, como es tradición, un trozo del galón que ha estado en contacto con la imagen y un clavel rojo que ha adornado el paso y que, a lo largo de la mañana, fueron donados en una ofrenda por multitud de fieles .
Todo muy bien medido por esta hermandad del Amarrao que tiene mucha experiencia en este tipo de ceremonias y que, con el paso de los años, lle van perfeccionando y haciéndola más asequible a los fieles.
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Las canciones perdidas
Hace años, este rito se hacía en la Capilla del Rosario, lugar donde estaba la cavidad en el altar donde se depositaba el Cristo Yacente de un año para otro. Solo unas pocas personas podían ver lo que acontecía. Se cantaba una canción que, con los años, se ha ido perdiendo y que a bien seguro, la rescatará esta hermandad que tanto regusto ponen en las tradiciones.
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Una vez terminada la reverencia el Cristo Yacente y dentro de su urna será guardado en la Capilla de Lourdes en un lugar muy adecuado que, el fallecido sacerdote y Párroco Pedro Mancha. preparó en la gruta
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