El Resucitado y la Candelaria se encontraron en la calle tras una tregua del agua

Al menos el domingo de Resurrección pudieron salir las imágenes de Jesús Resucitado y la Virgen de la Candelaria.

Fue una decisión comprometida porque, momentos antes de que finalizase la misa, se dejó caer sobre el pueblo una buena tromba de agua acompañada de granizo. Pero se abrió una clarita, se consultaron los pronósticos y el hermano mayor de la cofradía, Jesús Lavado, anunció entre aplausos que la procesión salía. Hacia un frio helador pero había ganas de ver alguna procesión en la calle.

Antes en la misa de las once se asistió al bautismo de un niño y cantó, de manera excepcional, el coro de jóvenes 'A mi-la-do' . La misa fue concelebrada por el administrador parroquial Fernando Cintas y el párroco Leonardo Terrazas, quien se incorpora, de esta manera paulatina mientras fortalece la voz, a las tareas de la parroquia.

El encuentro

El Cristo Resucitado se montó en las andas del de Jesús Orante y estaba dispuesto a un lado del altar mayor. La Virgen de la Candelaria se montó sobre el de la Burrita y estaba en la ermita de San Lorenzo. De manera que hubo una conjunción perfecta para que los dos pasos, el del Cristo llevado por costaleros y el de la Virgen por costaleras, se encontraran en la esquina de la calle Ramón y Cajal y Plaza Chica.

Singular el encuentro con costaleros y costaleras muy inspirados que mecieron a las imágenes y llevaron a cabo el tan esperado encuentro. La Banda de Cornetas y Tambores Ntra. Sra. de la Estrella puso los acordes necesarios para que todo resultara brillante, muy coloridos y tremendamente emocionante. Especialmente cuando el hermano mayor fue invitado a hacer una 'levantá' de ambos pasos que los costaleros dedicaron a él. Y es que Jesús Lavado termina con esta procesión su mandato al frente de esta hermandad en la que ha estado los últimos 15 años. La ha dejado, en el máximo esplendor, y ahora se da paso a generaciones más jóvenes.

Como se había anunciado por parte de Lavado, la procesión se volvió a la parroquia: el paso del Cristo por delante y el de la Virgen por detrás, con la banda en medio.

A costal

Muy elegantes las dos entradas al ritmo de la música. A la Virgen de la Candelaria le viene que ni hecho a medida, el paso de la Burrita que es el que también se usa en los últimos años para llevar el templete con el Santísimo en la procesión del Corpus. Una cesión de la Cofradía del Jesús Triunfante e Jerusalén y Orante en el Huerto que, en esta ocasión, ha cedido sus dos pasos.

Una vez en el interior, el sacerdote Fernando Cintas, ofreció unas oraciones y hubo felicitaciones y abrazos porque, por fin, tras una Semana Santa huérfana de desfiles procesionales por culpa de la lluvia, la del Resucitado y la Candelaria pudo salir a la calle en un recorrido corto. Eso sí, sobre el agua que aún no se había secado.

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