Pedro Viteño entró en el Seminario con 22 años y una carrera ya terminada; será sacerdote en 2022
LA VOCACIÓN LA SINTIÓ COLABORANDO EN SU PARROQUIA DE bADAJOZ ·
«El compromiso que conlleva el sacerdocio es lo que, a mi modo de ver, frena las vocaciones; los jóvenes no quieren comprometerse de una manera tan fuerte y les cuesta, tienen miedo a tomar una decisión».Pedro Manuel Vinteño López es un joven de 26 años que nació en Badajoz y que, con una carrera ya terminada – Facultad de Comunicación de la UEX- ingresó hace 5 años- con 22- en el Seminario San Atón de Badajoz. Con motivo de la celebración de San José – 19 de marzo día del Seminario- Pedro ha estado en la Parroquia de Los Santos haciendo lo que ellos llaman 'campaña vocacional' en la que explican cómo es la vida en un seminarista.
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«Nos damos a conocer como futuros sacerdotes y conocemos a las gentes en las parroquias que visitamos»- nos dice.
En Los Santos, Pedro ha estado encantado: «Es un pueblo muy acogedor y cariñoso que me ha acogido de manera excepcional».
Llama la atención en Pedro que siente la vocación de sacerdote a una edad ya avanzada – con 22 años- y con la carrera de Comunicación Audiovisual terminada.
«La vocación es algo que lleva su tiempo y yo, desde pequeño tenía una cierta inclinación que no maduré hasta que conozco mi parroquia, del Espíritu Santo, en la zona de la calle Condes de Barcelona de Badajoz. El párroco Don Valeriano también fue un punto fuerte para mi vocación».
Nos asegura que es feliz en el Seminario y con ganas de seguir.
«Me ordeno de diacono en sexto y de presbítero unos siete meses después; es decir que en el año 2022 seré nuevo sacerdote, si Dios quiere; una vez ordenado iré donde Dios quiera y más se me necesite».
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En la actualidad el Seminario Mayor de San Atón, donde se forman los futuros sacerdotes de la Diócesis de Mérida –Badajoz, está casi vacío con solo cinco seminaristas
«El compromiso que conlleva el sacerdocio es lo que, a mi modo de ver, frena las vocaciones; los jóvenes no quieren comprometerse de una manera tan fuerte y les cuesta, tienen miedo a tomar una decisión».
Asegura que los 5 seminaristas viven «con mucho compañerismo y cercanía. Siempre hay dificultades como en todos sitios, pero vamos caminando que es lo importante».
En su caso, cuando Pedro ingresó en el Seminario Pedro no tenía novia, ni lazos que le retuvieran para hacerse seminarista
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«Tengo el lazo de la familia que me va a acompañar siempre, pero el resto de los lazos no ha sido difícil desatarlos»
A Pedro le gusta la política como una forma de hacer comunidad, pero asegura que no tiene vocación de ser político.
«Me gusta seguirla a través de los medios de comunicación».
El COVID lo están llevando en el seminario con mucha prudencia: «Ten en cuenta que nosotros tenemos muy cerca un colegio- el seminario menor- y tratamos con sacerdotes mayores a los que visitamos; por eso y por la responsabilidad de no ser contagiados ni contagiar, mantenemos unas estrictas medidas de separación y utilizamos mascarilla y geles. El primer confinamiento lo pasamos con nuestras familia».
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