La Parroquia organiza un encuentro de jóvenes con monjas de clasura Clarisas de origen de africano

El encuentro empezó con una canción y un baile sobre la resurrección.

Dialogo

La hermana Josefina lleva 27 años en España y su objetivo de vida es servir a Jesucristo y a los demás dentro de la Iglesia. Su vida se guía por el Evangelio, la de Sta. Clara y la de San Francisco.

Sor Inés contó algunas curiosidades de cómo era su día a día en el convento:» Se levantan a las 6:00; a las 6,30 hacen oración leyendo pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, Laudes (Salmos) y la oración personal de 45 minutos meditando el evangelio. Desayunan café, pan, dulces…, y sus comidas son españolas y africanas».

La hermana Teresa lleva diez años en el convento. Se centran en hacer dulces riquísimos: palmeras, magdalenas, dulces navideños de almendras (polvorones, mazapanes, corazones de obispos…) . Todas colaboran, pero son las jóvenes las que hacen la masa.

Tras cantar una canción de Resurección, la hermana Josefina anima a los chicos y chicas a decir sí a Jesús y les invitó a compartir junto a ellas una tarde de oración (en la capilla, con música de fondo).

Carolina les preguntó en qué idioma cantan, ellas les contestan que en suajili, ya que todas vienen de África.

Las hermanas les explican a los catecúmenos por qué eligieron como destino Zafra: A la mayoría les habían hablado del Convento de las Clarisas, pero reconocen que el destino era lo de menos, lo verdaderamente importante era el fin: servir a los demás, en su país o fuera de él.

La más joven apenas lleva un mes en Zafra pero asegura (en suajili , aún no se atreve con el castellano) que tenía claro que quería llevar una vida contemplativa, una vida de oración.

Cuando las religiosas mueren son enterradas en el coro del convento.

El encuentro terminó cantando el Padrenuestro de Simon y Garfunkel.