

Lucio Poves
Martes, 15 de marzo 2016, 19:57
José Guerreo Roldan fue distinguido por el Ayuntamiento, en el año 2.013 con la medalla de oro de la Villa de Los Santos por su dilatada labor en el mundo de la cultura. Suya fue la idea y suyo el empeño de crear un museo etnográfico particular con todo aquello que fue recibiendo de quienes entendían que en Josefito, encontraban el mejor guardián de sus recuerdos.
Efectivamente el museo de José Guerrero es un homenaje a la memoria y a los sentimientos de quienes donaron aquella pieza: un libro, esculturas, colecciones, cuadros, aperos de labranza el documento curioso que él guardaba, coleccionaba, sabia contextualizar y lo mimaba como si fuera parte de su familia.
José Guerrero fue pieza fundamental de apoyo a investigadores y curiosos. Tal vez por su profesión de maestro albañil- hasta que la enfermedad lo apartó de ello- era clave de bóveda para muchos de los que teníamos que contar historias de Los Santos.
Porque José no era el jefe de un almacén de cachivaches. Era el que los restauraba o mandaba restaurar, si era el caso, y el que los colocaba en el sitio más adecuada de su casa museo. Y luego contaba su historia y preguntaba a los eruditos por la verdadera historia, para llegar a hacer la auténtica historia de la joya encontrada. Para José, por insignificante que pareciera la donación, tenía su interés.
Hace unos meses como hacía con frecuencia- vino a la redacción de Hoy Los Santos para darnos un original de una antigua revista de Fiestas. Como buen conocedor de las costumbres del pueblo, sabia cuando estaríamos necesitados de ese tipo de informaciones y, puntualmente, aparecía con el dato preciso.
José Guerrero se ha perdido ya en la nebulosa del tiempo pero sus tesoros etnográficos están ahí, ordenados, dispuestos a hablar de la memoria de este pueblo. Solo falta que, entre todos, seamos capaces de mantenerlos vivos, con el mismo cariño con el que él los enseñaba y los conservaba. Cualquier cosa, menos que caigan en manos de algún avaricioso anticuario que solo ven en lo antiguo una mercadería y nunca se paran encontrar- como hacía José Guerrero- el alma de cada pieza coleccionada.
José Guerrero fué continuador de una saga de ilustres maestros de obra que entre otras- sus ascendientes- hicieron el empedrado del patio de la Virgen de la Estrella y edificios de envergadura como el Colegio Trajano de Mérida.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Valdecilla agota las plazas MIR de Anestesia y de Ginecología
El Diario Montañés
Conservas Nuevo Libe, Mejor Anchoa 2025
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.