Ha muerto 'Conchita', la del comercio, una mujer valiente y comprometida en Los Santos

Este domingo, 29 de enero, se marchó definitivamente Concha Matito, nuestra recordada 'Conchita' la del comercio. ¿Se acuerdan? Aquella mujer que, con mucho coraje, trabajo sin descanso y supo sacar el carácter propio necesario para, desde su negocio de alimentación- casa Conchita- para sacar a una familia adelante.

Conchita llegó a Los Santos, a finales de los años sesenta, e instaló su tienda de comestibles en la Plaza Chica; luego, más adelante, la llevó a la calle Ribera, inaugurando una manera moderna de vender en los incipientes supermercados.

Conchita vino de la cercana localidad de Monesterio y tenía unas dotes extraordinarias para vender detrás de un mostrador, pero sobre todo una altísima responsabilidad y dotes para el trabajo.

Quien no la recuerda, a todas horas, despachando todo tipo de artículos de alimentación. ¡Cuántas familias, en situación de necesidad, fueron atendidas por Conchita!. Listas de deudores quienes, poco a poco, le iban pagando, porque el dinero no les llegaba a fin de mes.

Conchita dio nombre a su negocio: 'El comercio de Conchita' y todavía hoy- cuando han pasado muchos años desde su jubilación- al supermercado que está abierto en el mismo lugar - calle Ribera- se le sigue conociendo como 'la tienda de Conchita'.

Mujer coraje

Conchita fue una mujer valiente, de carácter, que inculcó a sus hijos la fe cristiana, les proporcionó una educación exquisita, sufrió la muerte de una de sus hijas y sabemos que sus nietos la idolatraban. Y es que Conchita se dejaba querer y quiso a los suyos sin límites.

Fue precursora en Los Santos de la Cofradía de la Virgen de Los Dolores y tesorera de la misma y, más tarde, entró a formar parte, también como tesorera, de la Orden Terciaria Franciscana Seglar, las Franciscanas.

Con profundas raíces cristianas Conchita también se convirtió en transmisora de la fe, especialmente entre sus familia y en los ambientes en que se movía.

Pionera

Mujer pionera en su tiempo, luchadora hasta el extremo, exquisita en el trato, sincera y amable.

Un centro de rosas blancas testimoniaban, sobre el ataúd en el entierro celebrado en la Parroquia de Los Santos este lunes, 30 de enero, el sentir de muchas gente en Los Santos. Una sola frase alrededor de las flores: ¡Te queremos!

Durante el tiempo de su enfermedad sus hijos y nietos han formado una piña de amor en torno a la abuela de 90 años. Descanse en paz

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