La lluvia impidió que el Santo Entierro saliera, pero en el interior del templo tuvo lugar el antiguo rito

Ninguna de las dos procesiones previstas para el Viernes Santo pudo salir a la calle por culpa de la amenaza de lluvias que tanto en la del Santo Entierro como en la de la Virgen de los Dolores en su Soledad, se concretaron después.

La del Santo Entierro, no obstante, pudo llevar a cabo el rito del entierro del Cristo Yacente, con el templo lleno de fieles que no se quisieron perder ni un solo instante de tan elegante y bien preparado entierro.

El paso en el que estaba la urna, se trasladó por parte de los costaleros al bajo coro y de ahí fue sacado de dicha urna y llevado a hombros al altar mayor envuelto en su sudario. La Virgen de la Angustia, mecida por sus costaleros esperó al paso del Señor junto a la sacristía. Solemne ceremonia en esta ocasión con escolta de militares pertenecientes a la Asociación de Militares Santeños.

En el altar mayor

Ya en el altar, se leyó el acta correspondiente del entierro que fue firmada por los principales representantes: Administrador Parroquial, alcalde de Los Santos, hermana mayor de la Cofradía del Amarrado a la Columna Santa Cruz, Santo Cristo Yacente que es la que lleva a cabo todo el rito del entierro de la Imagen de Jesús, y la Presidenta de la Coordinadora de Cofradías. También firmaron el Juez de Paz, el comandante de puesto de la guardia Civil y el Jefe de la Policía Local y un invitado por la cofradía, en este caso Antonio Morato. El sonido de un tambor fue el único acompañamiento de una ceremonia que la hermandad del Amarrao y Cristo Yacente se saben al dedillo y que desde que se celebra en el altar mayor ha ganado en elegancia y vistosidad. Sin eludir la carga emocional, viendo de cerca a Cristo muerto, durante la ceremonia se van leyendo pasajes de la muerte de Jesús. Antiguamente se cantaban unas canciones que se van perdiendo con el tiempo.

En la urna hasta el año qwue viene

Tras esta firma del acta se procedió a venerar la imagen y todos los presentes pasaron por el altar mayor donde se regaló un trozo del galón con el que estuvo envuelta la imagen.

Finalizado el rito la imagen con el Cristo Yacente se devuelve a su urna que se coloca en el altar de la Virgen de Lourdes donde permanece todo el año

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