La Invasión de los Bárbaros un necesario discurso teatral sobre la ley de la 'memoria histórica'
ESTA MAGNIFICA OBRA DE ARDEN PRODUCCIONES DE VALENCIA SE VUELVE A PRESENTAR HOY SÁBADO EN SALA GUIRIGAI A LAS 19,30 HORAS tras su éxito de ayer ·
Un potente discurso dramático mantiene al público en suspenso durante toda la obra que cuenta con 4 excelentes actores para dramatizar algo que sigue estando en las conversaciones de los españoles, ahora con la exhumación de Queipo de Llano, cuyas frases terroríficas contra las mujeres rojas se vuelven a recordar en la obra.La compañía valenciana Arden Producciones presentó ayer viernes en la Sala Guirigai, y lo volverá a hacer este sábado 12 de noviembre en horario de 19,30 horas, la obra teatral 'La Invasión de los Barbaros'. Un extraordinario discurso magníficamente interpretado por cuatro actores y dos focos de atención. Un interrogatorio militar a una conservadora de arte en el año 1939, recién acabada la guerra, por la desaparición de un cuadro del museo del Prado por el que se ha encaprichado un general golpista. En el otro foco, el despacho de un alcalde que recibe la visita de una nieta que busca a su abuela fusilada en aquel año 1939, con la ley de memoria histórica como arma y que encuentra a un alcalde que no quiere ponerla en práctica

Dos historias dramaticas
Ambas historias acaban uniéndose de una manera maravillosa, con un relato creíble y que es de plena actualidad con las inhumaciones de restos de represaliados en la guerra y la postguerra.
Un potente discurso dramático mantiene al público en suspenso durante toda la obra que cuenta con 4 excelentes actores para dramatizar algo que sigue estando en las conversaciones de los españoles, ahora con la exhumación de Queipo de Llano, cuyas frases terroríficas contra las mujeres rojas se vuelven a recordar en la obra.
Gran texto
Un texto bien hilvanado que se pone del lado de los débiles, de los que perdieron a sus seres queridos en las cunetas ante la crueldad de los vencidos. Sin ambages con unos códigos éticos bien definidos y que se pisotearon, tanto en el año treinta y nueve frente a una restauradora del museo del Prado que pagó con su vida ser funcionaria republicana, como la nieta que se pelea con un alcalde alineado junto a quienes consideran la ley de la memoria histórica como «un invento de los socialista que, al no tener consenso, es antidemocrática».
Una gran obra para reflexionar sobre un asunto trascendental en la vida de muchos españoles.
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