¡Qué gran pueblo tenemos, que orgullosos debemos de sentirnos de nuestros convecinos!

En el discurso institucional del Día de Extremadura, durante el Pleno Extraordinario celebrado ayer 8 de septiembre, el alcalde de Los Santos Manuel Lavado señaló que Ios días de fiesta como hoy; son para celebrar, festejar y divertirse, pero también para reivindicar y para valorizar y poner de relieve lo que nos une, lo que nos identifica y lo que nos enorgullece de nuestra tierra.

«Extremadura - dijo- sigue siendo la gran desconocida, la olvidada, la conformista y la muchas veces resignada a lo que nos toque. Tenemos muchas carencias, el Producto Interior Bruto más bajo de España, una renta per cápita lejos de la media nacional, unas comunicaciones manifiestamente mejorables, una elevada tasa de paro, una creciente despoblación y la huida del talento juvenil a zonas más prósperas y con más oportunidades».

Pero no es el día ni el momento de buscar culpables, que probablemente y proporcionalmente a nuestras responsabilidades hayamos sido todos los que han ejercido o ejercemos tareas políticas, dijo Lavado «pero también todos los extremeños por nuestra pasividad, conformismo y falta de reivindicación de un cambio de rumbo hacia un escenario más favorable».

Día de la Patrona

Como cada año, dijo el alcalde más adelante, «celebramos de forma coincidente el día de la región extremeña y el día grande de Los Santos de Maimona, el día de nuestra patrona la Virgen de la Estrella. Dos efemérides que congratulan y llenan de satisfacción a cualquier extremeño y doblemente a los santeños.

«Este año, el día de la Virgen, nuestro Día Grande, nuestra Fiesta Mayor, es diferente, la celebramos sin su presencia física debido al luctuoso suceso del pasado Miércoles Santo, cuando unos desalmados intentaron arrancar parte del corazón de los santeños. No lo consiguieron, se llevaron parte de la imagen pero no fueron capaces de llevarse el corazón, el corazón que une a todos los santeños»:

Y nuestro Ayuntamiento, agregó Lavado, como lugar común y como ente que representa a todos los santeños, ha decidido estar a la altura de esta circunstancia tan especial firmando este convenio de colaboración en el que nos comprometemos a hacernos cargo del importe económico de la restauración de la imagen.

«La Virgen de la Estrella es patrimonio religioso y cultural y el Ayuntamiento de todos tiene que velar por la conservación de una imagen de alto valor artístico, pero sobre todo por el arraigo, la tradición, la devoción y la fe de un pueblo hacia su Patrona».

Quedará señalado en la historia local, ese 13 de abril del presente año, como uno de los días más tristes en nuestro pueblo, dijo el alcalde, el día en el que la madre y patrona de los santeños fue agredida, ultrajada y agraviada.

«Pero también la historia reflejará como un pueblo unido, dejando atrás cualquier diferencia, fue capaz de reponerse emocionalmente y recuperar la imagen mutilada y rota para que vuelva a ocupar el trono físico del que fue arrancada porque del trono de la fe, la devoción y el corazón, nunca fueron capaces de separarnos».

Un gran pueblo

Y vuelvo a repetir, lo que ya dije hace unos días en la Fiesta de la Vendimia: ¡Qué gran pueblo tenemos, que orgullosos debemos de sentirnos de él, de nuestros convecinos!. Concluyó Lavado

«Seguro que hay cosas que no nos gustan, seguro que tenemos algunas deficiencias y probablemente no rayemos en la perfección… Y seguro que habrá ciudadanos que se quedarán y se regodearán solo de eso e incluso tratarán por todos los medios de influir en el estado de ánimo de la mayoría. Pero ya os garantizo yo que no lo conseguirán porque si ponemos en una balanza lo negativo en contraposición de todo lo positivo que tenemos y disfrutamos, seguro que ésta se inclina hacia el lado de un pueblo próspero y seguro, un pueblo amable y apacible, un pueblo blanco y limpio, un pueblo donde nuestros niños crecen felices, un pueblo en constante crecimiento, un pueblo con señas de identidad que nos posicionan geográfica y económicamente, un pueblo de buena gente, de vecinos que se preocupan unos de otros, una verdadera comunidad, donde vivir y habitar se convierten en un placer y satisfacción que muy pocos cambiarían».