«Estoy viviendo otra realidad, de verdad que todo ha sido como un sueño».

Marta Lavado Camisón tiene muchas ganas de triunfar en la vida. Por eso estudia pero al mismo tiempo trabaja.

Desenvuelta como comercial de Ibedrola la encontramos atendiendo a clientes en Carrefour en Zafra. Como otros muchos jóvenes santeños, su trabajo no está en su pueblo, pero estudia el segundo curso de grado medio de Farmacia en el IES Dr. Fernández Santana de Los Santos. Antes terminó un módulo superior de atención sociocultural y turismo en Badajoz. Por su simpatía, y ese don personal de cercanía que dimana de su personalidad, Marta es una excelente conversadora.

El futuro

«Mi futuro lo veo en la atención a personas con necesidades. También estaría muy a gusto en algún centro hospitalario, tal vez ejerciendo mi especialidad en farmacia. De momento alterno el segundo de FP de Farmacia con este trabajo en Iberdrola»

Marta Lavado Camisón tiene 21 años y es feliz en su familia con sus padres y dos hermanas mayores.

«Yo nací cuando mi abuelo Jesús se jubiló, y quizá por eso él me ha cuidado siempre. Nos hemos tenido debilidad el uno para el otro. Tenía 5 nietas pero yo era la más pequeña y él prácticamente me ha criado. Por eso el sábado fue un día de especial recuerdo para él porque nos dejó hace tres años».

Un sueño

Ese sábado de la Fiesta de la Vendimia, cuando sonó en el Patio de la Virgen de la Estrella el nombre de Marta Lavado Camisón, a esta guapa santeña se le encogió el corazón y lloró de emoción

«No me esperaba la elección. Mi primo hermano, Marcos Gordillo, me había subido al estrado y me entregó el ramo de flores; estaba tranquila, dentro de lo que se puede llamar tranquilidad en un acto como ese. Pero cuando me nombraron, creo que me sumí en un sueño del cual todavía no he despertado: la imposición de la corona y la banda y allí en el sillón del centro…Aun no me lo llego a creer… Estoy viviendo otra realidad, fue como un sopetón; de verdad que todo ha sido como un sueño…».

Mientras le preguntamos, Marta nos mira con ojos expresivos, de mirada dulce, transparente, luminosos, creo que azules.

«El traje lo diseñé yo, con escote a la caja, manga larga…y lo encargué a una modista de Villafranca de los Barros. Mis dos hermanas me regalaron los pendientes y un anillo y pulsera a juego. Además me quise poner las alianzas de mis padres. En concreto la de mi madre que me estaba bien ajustada. Nada más de adornos…detalles de mi familia que ha estado conmigo siempre y que ahora ha disfrutado y gozado igual que yo de un unos momentos tan especiales».

Tras el acto vimos a Marta con su sobrina de dos años en brazos

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