«El tío Enrique sabía mucho de fútbol y fue él quien logró enamorarme de este deporte»
Pedro Aguilar estuvo 40 años ejerciendo como entrenador de fútbol ·
«Cuando ascendí a los cadetes, la Federación nos regaló una estancia en el campamento Carlos V del valle del Jerte para todo el equipo y pasamos quince días de convivencia».
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Jueves, 26 de septiembre 2024, 09:54
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Pedro Aguilar tiene ahora 77 años y de niño fue a la escuela de Don Rafael Pando, un maestro poco reconocido en la historia de la educación en Los Santos. Como otros muchos niños, encontró en el futbol callejero una manera de quemar calorías y rebajar sus ansias infantiles.
«Nosotros jugábamos, con 4 piedras como porterías, en la Charca, justo en el rellano que hoy ocupa el Pabellón Antonio Luis Galeas; también en las eras de Rio Verde. Allí nos citábamos y nos retábamos equipos de distintos puntos del pueblo y jugábamos entre amigos, sin arbitro; éramos nosotros mismos quienes parábamos el partido porque habíamos dado una parada de más o cometimos un penalti».
El tío Enrique
Pedro Aguilar aprendió la teoría y la práctica del futbol de otro personaje, bien conocido en el mundo del deporte en Los Santos: el tío Enrique. Aquel hombre que a tantos niños enseñó a jugar al futbol, además de venderles las pipas en su quiosco.
«El tío Enrique era tremendo y sabía mucho de futbol. Fue él quien consiguió que me enamorara de este deporte. Parte de lo que yo aprendí como entrenador, se lo debo a él y a otros entrenadores de la Estrella como Vicente Medina, Bizcocho, Camacho…», sostiene Pedro quien llegó a jugar a los 14 años con la Estrella, en aquellos campos míticos de Rio Verde, junto al barrio del Santo Ángel; y más tarde en Polideportivo- campo de tierra- y en el recién estrenado campo de césped en la misma ubicación que ahora. Jugó en los juveniles de la Estrella dos años.
Y es que Pedro Aguilar no se formó en academia alguna para ser luego un gran entrenador de futbol.
«Antes de irme a la mili llegué hasta la categoría de juvenil de la Estrella y recuerdo aquel trofeo que ganamos a los eternos rivales en Zafra donde hice un gran partido. Pero le prometí a mi novia, ahora mi mujer, Emilia, que tras volver de la mili no seguiría jugando al futbol….pero nada me dijo de no ser entrenador».
Un sicólogo del fútbol
El caso es que, cuando este santeño, albañil y jornalero del campo vuelve del servicio militar, se hace entrenador de las categorías inferiores de la Estrella: Infantiles y cadetes. Y lo hace de una manera especial, como lo hacía el tío Enrique y como luego lo vio hacer a sus maestros Bizcocho o Medina. Más tarde también entrenó a los juveniles.
«Eres un sicólogo del futbol, me dijo un día Medina, por la forma que tenia de tratar a mis jugadores. Con respecto hacia ello y ellos con mucho respeto hacia mí; con mis equipos entrenábamos 4 días a la semana y cuando me hice cargo de los juveniles, el trato con los entrenadores del primer equipo de la Estrella era muy estrecho y comentábamos muchas cosas del trabajo deportivo».
Aguilar ascendió dos veces a los Juveniles… en la primera la Estrella pone a otro entrenador que los desciende. Vuelve Pedro y vuelve a ascenderlos. Así era este apasionado del futbol que nunca ocultó ser del Barcelona y que creó escuela en el mundo santeño del futbol. La marca Pedro Aguilar.
Una gran escuela
A los cadetes los hizo campeones de Extremadura.
«Cuando ascendí a los cadetes, la Federación nos regaló una estancia en el campamento Carlos V del valle del Jerte para todo el equipo y pasamos quince días de convivencia».
A ese campamento se incorporó un jugador mítico de la Estrella, Michey, quien, aunque vivía en Zafra, quería pertenecer a un equipo de futbol de Los Santos.
De esta escuela de Pedro Aguilar salieron jugadores tan importantes como Sabino, Matito, Fofi, los hermanos Calilis, Chema y Juani … Enriquino, Emilio, Garrido… y tantos y tantos que, con menos brillo, tuvieron el futbol como deporte favorito.
«Nunca cobré un duro por mi trabajo. Yo dejé de ser entrenador cuando los chavales empezaron a cambiar de hábitos y el futbol no estaba en el centro de su ocio. Llegaron otras maneras de divertirse, hablaban de ello en el vestuario y dejaron de apasionarse por el futbol…ahí dije adiós». Tenía unos sesenta años y el entonces presidente de la Estrella, Pepe Pachón, le impuso la medalla de oro del club y le entregó el correspondiente pergamino como entrenador destacado de la Estrella. Habia regalado a la Estrella cuarenta años de trabajo.
Pero antes entrenó al Usagre dos temporadas, en Regional, con un sueldo de 25.000 pesetas de entonces. El único sueldo que tuvo en su vida en el mundo del futbol.
«»Prometí a Juan Canseco hacerme cargo de los juveniles de la Estrella y, aunque tuve otra oferta bien pagada de La Puebla de Sancho Pérez, cumplí mi palabra y me volví a entrenar a los juveniles de la Yeyi».
La última etapa de Pedro Aguilar como entrenador lo ejerció en las primeras Escuela Municipales Deportivas del Ayuntamiento de Los Santos a las que fue llamado por el concejal Rafael Camacho y en ellas – cobrando una gratificación- estuvo los 8 últimos años de su carrera deportiva como sabio entrenador.
Gran educador
A Pedro Aguilar se le debe mucho en la educación deportiva de infinidad de chavales en Los Santos. Los enseñó a ser futbolistas, pero también a ser buenas personas. Los alejó de otras tentaciones. Fue directivo de la Estrella, su equipo del alma, su pasión y uno de sus hijos, Pedro, sigue en el mundo del futbol sala, trabajando también por el deporte en Los Santos. Tiene otra hija Ester que no ha salido deportista.
Ahora lo vemos pasear, vivir con su familia, como un jubilado más, de pelo canoso pero abundante, con sus recuerdos plasmados en fotografías de los equipos a los que llevó a lo más alto y que guarda como un tesoro. Pedro Aguilar, gloria futbolística de Los Santos.-
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