Siro Santos en la oficina del Tanatorio Santos Lucio poves
GENTE CERCANA
Siro Santos: «nunca te acostumbras a ver los difuntos sin la emoción de conocer a la persona»
SIRO SANTOS CANDELARIO ACABA DE JUBILARSE COMO FUNERARIO y carpintero tras 45 años de profesión ·
«Antiguamente había que ir a medir a los difuntos y se realizaba la caja en madera de pino; se forraba de raso blanco por dentro poníamos virutas para acolchar la cama. Por fuera los ataúdes eran de paño negro con algunos adornos en metal y papel que se ponían en las esquinas; algún asa y centros de metal»
Siro Santos Candelario, acaba de cumplir hace unos días 65 años. Y se ha jubilado de su trabajo como gestor de Tanatorio Santos de Los Santos de Maimona. Siro está casado con Justa García Guillen «y tenemos dos hijos llamados María de 39 años y Siro de 35 años, soy abuelo de dos niños maravillosos, Hugo y Blanca». Nos dice para empezar esta entrevista con sabor a despedida pero también a la ilusión por hacer otras cosas. Tal vez en la jubilación Siro se nos convierta en un artista de la madera.
-¿Cuál es tu verdadera profesión?
Como yo digo, de profesión soy carpintero y de vocación funerario, mi experiencia de carpintero y funerario suma más de 45 años, trabajé de asalariado durante unos 5 años y los restantes como autónomo; monté la empresa de carpintería y funeraria Santos (CARFUSAN S.L.) hace 27 años y hace 15 años de la construcción del Tanatorio Santos.
Ahora toca relajarse y no estar pendiente del telefóno las 24 horas del día
Lucio Poves
-¿Cómo era tu trabajo de joven y de qué manera hacías los ataúdes?
La causa de mi profesionalidad en carpintería y funeraria viene heredada de mi padre, que trabajaba en una carpintería donde también había una funeraria, de ahí que mis principios fuesen de muy joven. Antiguamente había que ir a medir a los difuntos y se realizaba la caja en madera de pino; se forraba de raso blanco por dentro poníamos virutas para acolchar la cama. Por fuera los ataúdes eran de paño negro con algunos adornos en metal y papel que se ponían en las esquinas; algún asa y centros de metal. Una vez terminado, se llevaba al domicilio del difunto para hacer el velatorio con algunas sillas plegables que acarreábamos en un carro de mano.
-¿Has pasado por momentos duros y dramáticos?
Tener una funeraria en un pueblo conlleva que nunca te acostumbras a ver los difuntos sin la emoción de conocer a la persona, unos más y otros menos. Pero siempre te toca recoger a personas que han sido tus amigos, vecinos y familiares, una situación bastante dura a la que no te acostumbras nunca.
-¿Qué sacrificios han supuesto para ti ser funerario?
Un servicio puede durar entre 24 y 36 horas, desde que se recibe la primera llamada del familiar o compañía de seguros, hasta que se da sepultura en el cementerio. En esas horas, hay muchos trámites que seguir, desde que empiezas con la recogida del DNI y el título del nicho, recoger el certificado médico, desplazarse hasta el domicilio particular o los hospitales para la recogida del difunto, traslado al tanatorio, preparación del cuerpo y de la documentación, llamar al párroco para la hora del entierro, gestionar las flores y el nicho en el ayuntamiento. Estas gestiones no tienen horario, hablamos que todo esto puede ser a las tres de la madrugada o de la tarde, un tiempo que se pasa también acompañando a las familias hasta la misa y el enterramiento final.
Hace unos años, Siro también estuvo realizando recogidas en los accidentes de tráfico y otras situaciones, como personas que fallecen solas y las encuentran tras varios días: «esto era mucho más desagradable, pero actualmente esta labor la realizan los furgones judiciales y nosotros vamos a recoger directamente al anatómico forense después de las autopsias». Comenta.
Siro Santos en la entrada del Tanatorio
LUCIO POVES
Un nuevo Tanatorio
El proyecto del tanatorio fue una idea que llevaba rondando por la cabeza de Siro hacía mucho tiempo, animado por amigos y familia
- ¿Cómo se materializó?
Realizamos un estudio de viabilidad con la ayuda de Fundación Maimona y un director amigo de una entidad bancaria; gracias a estas dos grandes ayudas y mi ímpetu personal, salió adelante el tanatorio de Los Santos de Maimona.
El tanatorio se inauguró el día el 13 de abril 2007 y a partir de entonces tuvo una gran aceptación por parte de la localidad y por parte de todos los vecinos que, desde el principio, aceptaron su lugar de ubicación como un local con todas las comodidades para velar a sus seres queridos y un equipo humano sensible y acogedor que facilita todo lo posible en esos duros momentos.
-¿Tienes continuidad como funerario en Los Santos?
Respecto al futuro del tanatorio estoy muy tranquilo, tengo la certeza de que mis hijos seguirán dando el mismo servicio que se ha dado hasta la actualidad, pues están muy preparados y familiarizados con este trabajo, en el que se ha criado. Ellos ya llevan unos años trabajando aquí conmigo y anteriormente han estado siempre echando una mano cuando se ha necesitado. Yo siempre he pensado que mi etapa tenía un tiempo determinado y ahora ha llegado el momento de dar paso al futuro. En cuanto a si realizaremos o no una ampliación de las instalaciones, de momento no hay nada en proyecto, puesto que actualmente se cubren todas las necesidades que requiere nuestro pueblo.
-¿Y a partir de ahora que va a pasar en la vida de Siro?
Mi etapa actual pasa por poder disfrutar de todas la horas del día, porque cuando estás al frente de un negocio como el mío es un servicio 24 horas y 365 días al año. Mi mayor gratificación será dejar de estar pendiente de un teléfono que puede sonar en cualquier momento del día o de la noche. Además, como soy bastante inquieto, quiero poner en marcha pequeños proyectos que, por falta de tiempo, tengo olvidados; caprichos de madera que me servirán de relax y ocio».
-¿Cuándo cuesta morirse?
El precio de un servicio completo de funeraria no es caro, piensa que morirse es una pena, dejas de existir y si lo haces de muy mayor, decimos que es ley de vida, pero hay que tener en cuenta que solo es una vez. Depende, si tienes compañía de seguros y llevas 50 años en ella, has pagado varios entierros; si no tienes seguro de deceso, tienes que pagarlo de una vez pero, por mi experiencia. sale mucho más barato».
-¿Qué papel juega un funerario en momentos tan delicados y de tanto dolor?
Muchas veces depende de si es una persona mayor (que normalmente es ley de vida) o es una persona joven (un accidente, una situación inesperada, etc.) Son dos casos muy diferentes a nivel familiar y de acompañamiento. De todos modos son momentos muy delicados y hay que ser muy sensible a las diferentes situaciones, en muchas ocasiones nos adentramos en papel del psicólogo.
-¿Existen cursos de formación para vosotros?
En estos años, hemos realizado formaciones de ayuda al familiar que, durante los años del Covid, nos han venido muy bien puesto que hemos tenido que realizar encaje de bolillos y convencer a muchos familiares para que asimilaran que las normativas sanitarias no permitían velar dentro del tanatorio al principio.
-¿Ha sido dura la pandemia?
Este tiempo de pandemia ha sido muy duro para las familias, algunas no se han podido ni despedir de sus seres queridos. De nuestra parte siempre hemos intentado hacerlo lo mejor posible pero las normativas sanitarias, en muchas ocasiones, han impedido que pudiéramos realizar nuestro servicio con normalidad; hay gente que lo han entendido pero otras no. En definitiva hay que tener mucho respeto y profesionalidad para tratar, facilitar y acompañar a todas las familias y amigos en estos duros momentos.
-¿Alguna curiosidad en tantos años de profesión?
Las anécdotas aquí son muchas pero se quedan para uno, este no es trabajo para contar anécdotas. Sí que en algunos momentos, con los nervios, alguien puede decir algo que te choque un poco. En una ocasión, fuimos a un pueblo cercano a recoger a un difunto que había fallecido de infarto y, estando en la casa, llegó la vecina preguntando qué pasaba; a esto que la señora del fallecido dijo: «nada mujer que este hombre mío se acostó a la siesta y estos hombres han tenido que venir a levantarlo.
-¿El secreto de un buen funerario?
Para este trabajo hay que tener en primer lugar mucha empatía y sensibilidad para tratar con los familiares y mucho respeto y cariño por los difuntos para poder prepararlos, darle su último adiós y que todo fluya como tiene que ser.
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