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Don pedro Mancha
PEDRO MANCHA CADENAS IN MEMORIAM

Un sacerdote grande de cuerpo y alma

El sello de Don Pedro María Mancha Cadena dejó una profunda huella allí donde pastoreó. De pequeño su familia tuvo casa en Los Santos-el padre era juez- y Pedro correteó por un pueblo que reconocía como propio

Lucio Poves

Domingo, 11 de septiembre 2016, 09:55

Pero el niño travieso quiso ser sacerdote y sus padres lo llevaron al seminario de San Aton, en Badajoz, donde recibió las ordenes en 1969 junto al hoy Vicario general de la Archidiócesis de Mérida Badajoz quien, por cierto, ha presidido su funeral

Ya en el seminario se forjó el Pedro de las ansias evangelizadoras como misioneros. Los designios de Dios le llevaron a Zimbabue donde hizo una extraordinaria labor en la formación de los sacerdotes nativos y en la construcción del seminario. La malaria lo apartó de la misión y, de vuelta a España, Pedro María Mancha fue nombrado Párroco de la Roca de la Sierra, luego de Jerez de Los Caballeros y en 1.998 de Ntra. Sra. de los Ángeles de Los Santos.

Su rodaje como sacerdote recién salido del seminario de San Aton lo tuvo en las Parroquias de Hinojosa del Valle y Puebla del Prior. Más tarde en Alburquerque se hizo querer de una manera infinita por sus feligreses

Pedro ha muerto con las botas puestas porque fue un párroco de la vieja escuela; no quiso dejar la nave de Los Santos a pesar de las limitaciones de una clara enfermedad con la que ha estado luchando más de dos años. Su carácter era fuerte y a veces, tras una conversación con él aparecía una persona a la que no comprendías pero, pasado el subidón, Pedro era todo racionalidad y sencillez. Dos conceptos que ha llevado siempre unidos a su persona: un cura físicamente muy grande pero también una fuente inagotable de conocimientos y experiencia.

Sin duda Pedro María Mancha ha querido ser fiel a sus responsabilidades de cura Párroco en Ntra. Sra. de los Ángeles de Los Santos y, aunque por su estado físico tenía más que ganado el relevo, quiso mantenerse al lado del cañón compartiendo su dolor con quienes también sufrían a su alrededor.

Por eso se volcaba en sus homilías en el concepto del sufrimiento como la cruz salvadora que nos lleva a Cristo. Por eso miraba con ternura a los niños y los preparaba concienzudamente para recibir el Sacramento de la comunión. Ancianos y niños, necesitados de comprensión y de cariño. Así ha sido Pedro estos últimos años en el pueblo que lo vio nacer y que lo ha despedido.

En la Parroquia ha puesto orden donde pudo haber desorden; dijo no a innovaciones que nada aportaban, puso cada llave en su llavero, colocó cada cosa en su sitio. La Parroquia es un ejemplo de orden.

Se ha ido el Párroco de Los Santos con proyectos inmediatos que ya no podrá cumplir: la limpieza interior del templo Parroquial y el Santo Ángel taponando algunas goteras, la creación de una escuela de formación para Laicos o la celebración de una boda dentro de unos días.

-¿Doctor me voy a Morir? - preguntó don Pedro a un internista del Hospital de Zafra.

-No hombre, le vamos a poner un remiendo.

-¿Pero me voy a morir.porque si me voy a morir, antes tengo que fumarme un cigarro?.... Así era el carácter de Don Pedro .Un tanto rebelde...

Se murió y muchos creímos que había ido al hospital como otras veces, para otra inspección técnica.En el pueblo se siente su ausencia. Su monaguillo José Ángel lo lloraba ayer con desconsuelo.

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