Julián Morenas Carrasco murió en su casa de Badajoz el 15 de julio; ha dejado viuda- - María Jesús Vicente- y dos hijos- Marga y Julián-
Tenía 90 años y terminó sus días rodeado de los suyos, mimado con un cariño especial por quienes estaban más cerca de él, en el domicilio de Badajoz, pero también por sus hermanos Dolores y Manolo, siempre atentos a la evolución de su querido y siempre admirado hermano Julián Morenas que fue un empresario brillante. Su afinada nariz para los negocios le llevó a poner en marcha algunos muy importantes en Los Santos- donde nació, ha sido enterrado y mantiene los vínculos familiares de los Morenas y los Carrasco- pero también en otros sitios.
Cuando los chavales de la época recogíamos en las terrazas de los bares de Los Santos las chapas con las que se tapaban cervezas y refrescos, Julián Morenas se puso al frente del primer distribuidor de la cerveza Cruz del Campo. Una cerveza nueva para el pueblo que llegaba desde Andalucía.
La papelera y el campo
Pero no se quedó ahí y todos recordamos su etapa como dueño y gestor de la Papelera de Badajoz. Solo Dios sabe la cantidad de papel y cartón, que entonces se recolectaba para fines benéficos, y que acabaron en la papelera de Julián que lo pagaba a buen precio.
Su amor por el campo y la naturaleza le llevó a comprar una finca en Bienvenida, la Muela, donde montó un imperio de frutales regados con una inmensa charca artificial y con los más modernos sistemas de goteo. Cuando con sus amigos hacia una 'visita guiada' a esta explotación tan mimada por él, se deshacía en elogios hacia sus frutas: ciruelas, membrillos… Eran las mejores, porque su esfuerzo y dedicación, siempre detrás de la explotación, también eran grandes. Además de los frutales Julián disponía de viñedos y olivares.
La bodega que montó en Los Santos, fue en sus tiempos pionera y al frente de ella siempre estuvo de encargado su hermano José Antonio ya fallecido. Montó la bodega Exagravin en Badajoz , rodeada de sus propios viñedos y creó marcas de vino que perduran con fama como el Telena y Los Frailes. Su hija Marga está al frente de esta empresa pacense.
Julián también estuvo metido en el negocio de la uva de mesa, cuando en Los Santos se exportaba uva Eva Beba a media España. Y en la de aderezo de aceitunas – Insuva- con otros socios, llevando la aceituna a las mesas más exigentes.
Cariñoso y familiar
Julián Morenas tenía un celo especial por su familia, era cariñoso, atento y fiel. A ninguno de ellos dejó en el camino y todos adoraban a este hermano tan inquieto, tan emprendedor, tan orgulloso de lo que había conseguido con el trabajo sin fin.
En los círculos de los trabajadores del campo a Julián Morenas se le vio siempre como el 'jefe' cumplidor y respetuoso que se dejaba asesorar por sus fieles manijeros. Muchos de ellos estuvieron con él hasta sus jubilaciones.
Por su condición de trabajador incansable, supo siempre valorar el trabajo que hacían los vendimiadores con la navaja, los recolectores de fruta con las tijeras o los jornaleros del olivar con sus 'macacos' para la aceituna fina, o las redes para la de molino.
Como cualquier empresario, debió pasar por épocas mejores y peores. Pero a Julián siempre se le vio optimista, ameno en la conversación, amigo de sus amigos, en tertulias, en la intimidad de su casa.
Se ha ido uno de esos emprendedores que necesita Extremadura. Un hombre que nunca se puso techo a sí mismo, que respetó a sus competidores y que amó profundamente a su familia infundiendo en todos ellos esa popular frase muchas veces repetida: «Si se quiere se puede».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.