Ha muerto Eduardo González 'Rando' , el popular hortelano que, hasta el final, se situaba los sábados en el mercadillo que rodea la plaza de abasto y que, durante la pandemia, abasteció al pueblo- desde el puesto en la plaza de España- de sus mejores frutas y verduras que criaba con mucho amor en su huerta del camino del Chapí que ahora lo extrañará. El entierro tendrá lugar en la iglesia de San Lorenzo, a las once de la mañana de este viernes, como consecuencia de que el Templo Parroquial estará cerrado por la llegada de la Virgen de la Estrella.
La pena de perder a Mercedes
Eduardo, 'Rando', se ha muerto muy poco después de que también nos dejara su mujer, Mercedes a la que amaba, con ese amor que se profesan quienes han vivido juntos toda la vida. Pasando dificultades, pero viviendo muchas alegrías. Eduardo no era el mismo desde que murió su mujer, ni lo era cuando ella, ya enferma, recibía a diario la visita de su esposo. Había perdido la vitalidad que siempre tuvo poniendo en valor sus verduras en el mercado de abastos, antes de la reforma, donde tuvo su puesto siempre.
Con las botas puestas
Se ha ido con las botas puestas y su último pensamiento, la última mirada, ha sido para su huerta tan amada, tan bien llevada, de donde salieron los mejores albarillos y bruños, las habas frescas en su tiempo, los guisantes, tan dulces, las coles, las lechugas, patatas…los huevos de sus gallinas ponedoras. Los tomates de corazón de toro que tanto alababa.
En Eduardo todo era pasión por la huerta.Devoción por su familia. Cariño a raudales para sus hijos y sus nietos. Últimamente le ayudaba en la venta una de sus nietas, que sentirá muy dentro el adiós del abuelo. Igual que sus hijos que lo han apoyado hasta el final en su afán de cuidar su pedacito de huerta. Eduardo fue generoso con sus clientes y repartia alegria a manos llenas....Hasta que Mercedes cayó enferma y luego falleció.
A veces las penas entran muy dentro y Eduardo la tenía muy clavada en su corazón desde la muerte de su mujer. Ahora ya son todo gozo, uno al lado del otro, en una huerta infinita. Junto a la que siempre quiso estar, Mercedes, su mujer.
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