Antonio Gordillo Garay, en la que es su segunda casa, el cementerio Lucio Poves
El sepulturero municipal

Antonio Gordillo, más de veinte años enterrando cadáveres como sepulturero

Aprobó la oposición a la que solo se presentaron 4 y antes era pintos municipal ·

«Nunca me dio ni miedo ni otro sentimiento a la hora de ver a personas muertas o restos de cadáveres,es algo a lo que uno se acostumbra»

Martes, 31 de octubre 2023, 10:54

El santeño Antonio Gordillo Garay lleva desde el año 2002 haciendo labores de enterrador en el cementerio municipal de Los Santos de Maimona. Este cementerio fue diseñado, a finales del siglo XIX, por el famoso arquitecto Ventura Vaca en el paraje del Jarete , tras no poca polémica por cuestiones de salubridad. Sustituyó al llamado Cementerio Viejo' que estaba muy cerca de las casas del pueblo y sobre el que se construyeron viviendas.

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Antonio entró en el Ayuntamiento de pintor, «pero al poco tiempo sacaron a concurso la plaza de sepulturero. Solo nos presentamos cuatro, por aquello de que a la gente le da mucho miedo este trabajo, y yo la saqué. Desde entonces hago esta tarea que me parece muy enriquecedora, siempre con el respeto y la atención a quienes vienen a enterrar a sus familiares o amigos difuntos».

Asegura que «nunca me dio ni miedo ni otro sentimiento a la hora de ver a personas muertas o restos de cadáveres, es algo a lo que uno se acostumbra» , señala Antonio

Antonio es guarda y sepulturero del Cementerio Municipal Lucio Poves

En los más de 20 años que lleva de sepulturero, habrá realizado más de 2.000 entierros pero también otras muchas tareas relacionados con el traslado de restos.

El Osario

«Tenemos un osario donde se depositan, previa autorización de los familiares, aquellos restos que ya no caben en los nichos cuando son reutilizados para nuevos enterramientos. También llevo a cabo obras de mantenimiento y, en este sentido, tengo que agradecer la ayuda tanto del concejal Sabino Sánchez como del delegado de obras Juani Vázquez quoenes me facilitan mucho las cosas. También el ayuntamiento ha puesto a disposición, hace dos años, a un trabajador que me ayuda en las inhumaciones y exhumaciones, Tomás Ciquiel.

Realmente el trabajo de Antonio es de guarda y sepulturero y, en relación a los pequeños hurtos de objetos que están sobre las tumbas, responde que «ocurre en todos los camposantos y es difícil de detectar, pero no es alarmante».

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Un plato sobre la barriga del muerto

Durante tantos años de enterrador, Antonio se ha encontrado con algunas curiosidades: «me he encontrado cadáveres que tenían encima de la barriga un plato y unas tijeras. Me han contado que lo del plato era para evitar que los gases de la descomposición, rompieran el cuerpo…lo de la tijera no lo sé, pero supongo que es cosa de superstición; antes los cadáveres venían vestidos y con mucha ropa alrededor, para evitar que se movieran en el interior de la caja ya que se traían a hombros. Pero eso ha ido desapareciendo».

Puerta de entrada al cementerio Lucio Poves

Desde el año 1887 en que se puso en marcha el nuevo cementerio, se han llevado a cabo un total de 22. 000 inhumaciones de cadáveres. Hace unos años el Ayuntamiento, con la ayuda de una subvención de la Diputación de Badajoz, llevó a cabo una ampliación del espacio del cementerio.

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«La nueva zona de enterramientos tiene, de momento, capacidad para 500 nuevos nichos», asegura Antonio quien ha onservado que van en aumento los enterramientos en los columbarios de cenizas de fallecidos.

De gran ayuda

Antonio está entregado a su trabajo, colabora con toda persona que necesita ayuda para cualquier tema relacionado con sus seres queridos que se encuentran allí, proporcionándole la ayuda necesaria; especialmente en los días previos a la festividad de Todos los Santos y los Difuntos.

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El cementerio presenta un aspecto magnifico, con calles limpias y plantas y arboles muy bien cuidados.

«Nunca vi fuegos fatuos ni nada parecido por el interior del recinto…acaso algún gato o perro desorientado y muchos pájaros que se vienen a posar en los arboles», concluye Antonio Gordillo mientras ayuda a una señora mayor a subir un ramo de flores a un nicho que está en la parte alta.

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