Se ha ido Doña Tere Rivera, una mujer de muchos quilates, maestra ejemplar y catequista comprometida

No hace más de una semana que visité con el vicario Parroquial, Don Orlando a Doña Tere Rivera. El sacerdote me dijo días antes que quería visitar a personas que estuvieran enfermas y yo le guié hasta ella, en su casa de la calle empedrada. Acompañada de sus hijos. En cuidados paliativos. El sacerdote llevaba la comunión y los Santos Oleos pero, debido al grado de conocimiento de la enferma, solo le administró el Sacramento de la Unción de Enfermos Ayer miércoles moría rodeada de quienes más la quieren. Esta tarde de jueves, será el sepelio a las 18,30 horas en la Iglesia Parroquial

Doña Tere, como la siguen llamando sus alumnas de la escuela, fue mujer de profundo sentido cristiano y valores espirituales que transmitió siempre en sus clases. Porque ella vino a Los Santos como Maestra, con mayúscula, y formó una familia ejemplar con Juan Magias, empleado de banca. Ambos no eran de Los Santos, pero se enchufaron a un pueblo al que han dado mucho. Tambien perteneció a la coral santeña junto a su marido Juan Megias.

Sobre todo una familia ejemplar, cristiana, en la que mirarse. El destino ha querido que, la muerte de los cabezas de familia, haya sido tan cercana en el tiempo. Juan murió por un accidente doméstico hace pocos meses y, ahora, se ha ido Doña Tere.

Maestra de vida

Una mujer valiente que defendió públicamente sus valores cristianos y que se implicó en los grupos parroquiales. Destacó, junto a su marido, Juan Magias en las catequesis para jóvenes que querían formar una familia, a través del lazo del matrimonio. Pero también trabajó con otros matrimonios en los círculos de los ENS – Equipos de Nuestra Señora - y allí donde fuese necesario su voluntariado como en Caritas Parroquial a cuya pastoral perteneció enseñando en los talleres especiales para perceptoras de ayudas.

Tere Rivera fue una mujer fiel, que dejó lo mejor de sí en Los Santos y esparció la semilla de su saber y proceder en muchas nuevas familias santeñas. Fue una autentica maestra de vida.

Juan y Tere ya están juntos para la eternidad. Juntos los vi en una charla sobre su experiencia matrimonial, a principios de este año en el santuario de la Estrella, y en los inicios del grupo de adoración.

Cuando murió Juan, Tere no pudo soportar el golpe que suponía la separación tan brusca. Puso los medios, lo intentó. Pero una enfermedad en su caso ha podido con ella. Se ha ido Doña Tere, una mujer de muchos quilates, maestra ejemplar y catequista comprometida