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Llegada al Monasterio de Guadalupe muy mojados pero igual de contentos
De la Virgen de la Estrella al Monasterio de Guadalupe
RECORRIENDO EXTREMADURA EN BICI

De la Virgen de la Estrella al Monasterio de Guadalupe

RUTA EN BICI POR LOS CAMINOS EN TRES DÍAS ·

Fin de semana interesante el vivido por un grupo de aficionados a la bici de montaña (antiguos futbolistas, nadadores, jugadores de baloncesto….) que se han juntado para disfrutar de una ruta bonita y dura por los caminos y veredas de la preciosa Extremadura. 215 kilómetros extremeños

lorenzo montaño

Lunes, 5 de octubre 2020

Salida de la ruta el viernes por la tarde desde la Ermita de la Virgen de la Estrella

Cuando vas dejando otros deportes especialmente los colectivos, sientes la necesidad de seguir disfrutando de otra manera de lo que has hecho o no has podido hacer en ese tiempo. Surge entonces en muchos deportistas, el gusto por el ahora llamado running o la bici de montaña. Otras veces es tu deporte preferido y se suma gente que lo hace cada vez más interesante.

Un bonito grupo de 11 bikers se organizaba para desarrollar en cuatro etapas y tres días el recorrido entre la ermita de la Virgen de la Estrella y Monasterio de la Patrona de Extremadura. Era una idea que rondaba la cabeza y que años atrás había cubierto zonas más del sur como Sevilla, Córdoba o Mazagón.

Parada para echar unas risas y unas fotos en mitad del camino

Pedro Romero, conocedor de toda Extremadura y diferentes caminos y veradas que conectan localidades, en sus viajes por la conocida Ruta de la Plata con el IES Dr. Fernández Santana y un enamorado de la bici de montaña, había planeado el recorrido y organizado los diferentes puntos de llegada y avituallamiento, así como el descanso y vuelta a casa, de una gran experiencia, como ha recordado más de uno de los participantes.

El viernes a primera hora de la tarde se daba el pistoletazo de salida de la aventura. Programada algo después de las 15.30 horas, era el momento de poner todo a punto para tres días que se avecinaban, según se veía el tiempo, como duros y que así lo fueron pero también muy gratificantes. Casi 50 kilómetros para la primera toma de contacto y llegar a la localidad natal de Pedro Romero, Puebla de la Reina, donde descansarían para el reto mayúsculo del sábado. La jornada había sido difícil, el viento y la lluvia no se lo había puesto fácil al grupo, no era la mejor de las bienvenidas.

Para el sábado el quedaba el plato fuerte. Dos etapas en el mismo día, el objetivo era llegar a Madrigalejo para pasar la noche y realizar un total de 100 kilómetros. En el medio del camino, parada en Don Benito para coger fuerzas y seguir la ruta tras descansar un poco. El tiempo había mejorado con respecto al viernes y eso ayudó a que el grupo se lo pasara mucho mejor.

Don Benito era el lugar elegido para disfrutar del descanso de la segunda etapa y regarlo con unas cervezas

El domingo llegaban refuerzos, dos amigos de Navalvillar de Pela se sumaban al grupo, aunque la fortuna no estuvo de su lado teniendo que abandonar antes de llegar a la meta por diferentes problemas. La última etapa se hizo sufrida por los desniveles del terreno y los muchos kilómetros que ya llevaban en las piernas el grupo. El tiempo de nuevo se puso contrario, llegando a Guadalupe con agua y con el deber y el objetivo cumplido, para disfrutar de unas horas por la popular localidad extremeña, visitar el monasterio y probar las riquezas de su gastronomía. Todo ello tras los 68 kilómetros finales y más de 215 totales.

El regreso a casa secos y ya en autobús, era el momento de descansar y comentar la jugada.

Un momento de la ruta

Según nos señala Pedro Romero «Hemos recorrido una parte muy bonita de Extremadura pasando por Ribera del Fresno, Puebla de Prior, Puebla de la Reina, Manchita, Don Benito, El Torviscal, Madrigalejo, Logrosán, Cañamero y la llegada a Guadalupe. El grupo ha estado compuesto por 9 santeños y un chico de Zafra, además de Ángel que es de Vitoria y está residiendo actualmente también en Zafra. Gente de distintas edades y capacidades físicas, pero todos llegamos sin grandes problemas, sí con una fatiga considerable tras los kilómetros acumulados y por la dificultad de la última etapa. El recorrido ha tenido bastantes kilómetros, lluvia, terrenos peligrosos y + 1000 de desnivel positivo, con rapas cortas pero de mucha pendiente. Sin embargo luego apareció el sol y pudimos visitar el monasterio con ropa limpia y seca y muy contentos por la experiencia y los tres días de convivencias con muchas anécdotas para recordar».

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