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La clave, un vestuario unido. Foto
UN VESTUARIO UNIDO

Ocho hombres para un ascenso

La clave de los deportes de equipo se gesta dentro del vestuario, más allá de grandes jugadores que decidan partidos están los grupos fuertes, la unión de esas individualidades, un crack te gana partidos un equipo campeonatos. Hay 8 futbolistas en la Yeyi que tiran del carro, no siempre en el césped pero si estando bien cerca del grupo, animando, ayudando, apretando…. esos son 8 hombres para un ascenso.

lorenzo montaño

Jueves, 16 de junio 2016, 15:13

Llevan la veteranía que les ha dado el paso de las temporadas, el sentimiento al escudo grabado en el pecho, el amor por la camiseta roja. Tan sólo uno de ellos no es canterano, pero ya disfrutó de las mieles de la tercera división vistiendo el escudo de la U.C. La Estrella.

Andrés Alburquerque, gran porte se le ve al capitán, altura y compromiso por el club a partes iguales, una breve estancia en el Gran Maestre para volver a la Yeyi donde se instaló en tercera división siendo juvenil. Quizás no ha sido su mejor temporada algo que suple con el ánimo que le insufla al equipo y su eficacia a balón parado, culmina así un gran trabajo de 6 años y da a la afición un sentimiento propio y que muchos niños cómo lo fue él piensen en jugar en la Yeyi, Hemos puesto el pueblo patas arriba y eso es muy grande, se siente orgulloso de haber devuelto a la Yeyi a su sitio, el que nunca debieron abandonar, fue muy duro bajar y ahora sigue estando muy presente en este ascenso.

Víctor Matamoros tiene una espinita clavada en su pecho. Renunció a todo por seguir estudiando, se las prometía muy felices en el mundillo futbolístico, el mismo reconoce que no sabe donde hubiese llegado pero la odontología era su camino y hoy en día el Doctor Matamoros, es un reconocido odontólogo y una de las piezas claves de su Yeyi. Para él un éxito deportivo y una satisfacción personal lo conseguido hace sólo unos días, se prometió a si mismo que conseguiría volver con su Yeyi a tercera, en el mismo momento que se descendió. Prácticamente todos los recuerdos más bonitos de su vida están ligados al balón y al escudo santeño. Hoy en día el sueño y el esfuerzo de cuatro locos y muchos amigos, ha conseguido llevar de nuevo a la Yeyi a su liga y a Los Santos al panorama del fútbol nacional.

Antonio M., es de esos futbolistas que no son un 10 en ningún puesto, a los que muchas veces preguntas de que juegas, pero que puedes poner donde te dé le gana porque no te van a fallar jamás, este proyecto de bombero y excepcional monitor acuático vive con pasión cada momento ya sea en el campo, en el banquillo, en la grada o en el vestuario, porque es así un apasionado de la Yeyi. El éxito de la humildad es lo que resume para él todos estos años, por volver a traer gente al campo, por volver a llenar el vestuario de gente de la casa algunos incluso que ni jugaban años atrás. Su vía de escape, la comodidad de sentirse en casa, querido entre un grupo maravilloso de amigos. Se siente participe de un hecho histórico, en el club que ha mamado desde pequeño y su éxito deportivo más importante.

Ismael Guillén este licenciado en actividad físico-deportiva y técnico nivel 2 en fútbol, siempre vivió con pasión entre los tres palos. Disfrutó de la selección extremeña y en su etapa estudiantil en Cáceres, de la tercera división con el Coria, vivió el amargo año del descenso y desde entonces la portería del Cipriano ha tenido su nombre y un reto volver. Se ha sacado esa espina, se ha resarcido de ese trago tan amargo. Para él la Yeyi es un sentimiento arraigado desde pequeño, a lo que suma grandes momentos y amigos, por todo lo que es y por lo que les da. Convencido de que se ha hecho un gran trabajo en estos años, con los pies en el suelo y siempre desde dentro, desde la casa; dos campeonatos, tres liguillas, todo el pueblo de rojo y el Cipriano lleno, ahora hay muchos niños que son de la Yeyi y reconocen a sus ídolos por el pueblo.

Ángel Rodríguez, el goleador de las categorías inferiores que se ha convertido en chico para todo pero que sigue marcando todo lo que cae por ahí cerca. Ha jugado donde ha hecho falta pero siempre ha sido necesario y en la fase de ascenso pieza clave para que el equipo ocupase el sitio que le pertenece. El ascenso supone para él la recompensa a un gran trabajo y el premio a un grupo de amigos. Se le ha devuelto la ilusión a la gente del pueblo y ahora el equipo está en el lugar que merece. Ángel repite una y otra vez la palabra ilusión. Por trabajo y es fuerzo nunca se le podrá reprochar nada a este futbolista.

David Cerón, el reflejo de que todo lo que se hace con dedicación cuesta menos. Trabaja en Sevilla y con el piloto automático recorre el camino hasta Los Santos para estar siempre con su Yeyi, ya sea en el campo donde todos queremos verle, o desde la grada para apoyar a los suyos. Media temporada en blanco, ese corazón rojillo es tan grande que de vez en cuando da la lata. La misma que él le da a sus compañeros y que le hacen ser tan querido. No entiende su vida sin la camiseta roja desde que se la pusiera ya en benjamines, las ganas por volver le pueden y según el mismo dice si mi patata me deja vuelvo a jugar en tercera. Entusiasmado cada vez que un abuelete le felicita por el gol del domingo, encantado con ver a sus padres en la grada y dedicarles goles y maravillado al ver como los niños vestidos de rojo quieren ser David Cerón. Para David es un orgullo pertenecer a este grupo que cuenta con el siempre. Algún día recogerá en un libro su famoso Poema del 9.

Rubén Bermejo, llego por el Cipriano Tinoco en infantiles, como aquel que viene a echar un rato y casi se queda a vivir. Entre medias Cacereño juvenil, Santa marta o Diter, pero sabía cuál era su casa y la de toda su familia, incluido su entrañable abuelo que no se pierde una y que todavía le sigue dando la paga cada vez que marca algún gol. La alegría de toda la gente deja sin palabras al de Salvatierra, agradecido por como se le ha tratado siempre en el club y en el pueblo, se considera uno más de esta gran familia, de este gran grupo de amigos. Alaba las cuatro temporadas del mister al frente del equipo confirma una de sus frases Que cada paso sea una meta, sin dejar de ser un paso.

Iván Carretero, de esas personas que te aporta muchísimo tanto dentro o fuera. Una grave lesión lo dejó fuera de la liguilla el año pasado y no le ha dejado despedirse de la manera que hubiese querido. Otro viejo roquero de los que no tenían que cumplir años porque no sólo pierdes a un futbolita pierdes mucho más, porque se retira pero siempre como los grandes, con todas las puertas del Cipriano Tinoco abiertas de par en par. Se ha sentido como en casa, a pesar de no ser de Los Santos, y no duda en reconocer que es el club donde mejor le han tratado y más le han querido, considera el ascenso como un premio a una directiva, equipo y afición de 10. El balance más que positivo de tres años en los que se ganaron dos ligas y se ha conseguido un más que merecido ascenso, reinventándose cada temporada y superando todas las adversidades.

Ocho hombres para un ascenso, no hay quien de más.

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