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El Colegio de Graduados Sociales de Badajoz lamenta que su colectivo profesional no esté considerado entre los esenciales que recibirán la Medalla de Extremadura
Carta abierta l presidente de la Junta

El Colegio de Graduados Sociales de Badajoz lamenta que su colectivo profesional no esté considerado entre los esenciales que recibirán la Medalla de Extremadura

Han escrito una carta abierta al presidente de la Junta de Extremadura expresando su malestar tras cuatro meses y medio de intenso y duro trabajo

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Lunes, 3 de agosto 2020, 11:23

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El Ilustre Colegio de Graduados Sociales de Badajoz ha difundido una carta abierta dirigida al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tras conocer la noticia de que este año se impondrá la Medalla de Extremadura a diversas entidades y grupos profesionales por la labor tan encomiable y necesaria realizada durante los meses más críticos de esta terrible pandemia.

Considera en el escrito el presidente de este colegio, Carlos Puebla Lorente, que el abanico representado «es amplio», y todos y cada uno de ellos merecen su más sincero agradecimiento, pues su trabajo en aquellos días de tanta incertidumbre, peligro y miedo es sin duda, merecedor de tal reconocimiento.

Pero sí considera y lamenta una «notable ausencia» entre los colectivos homenajeados, «que hace que el sencillo acto a celebrar quede, en mi opinión, cojo e incompleto», dice Puebla Llorente, refiriéndose al colectivo que representa, los graduados sociales: «Sé que posiblemente no quede muy bien o que políticamente sea incorrecto reclamar para mi colectivo profesional ese mismo reconocimiento, pero no lo hago por afán de protagonismo, sino porque en justicia pienso que es lo correcto».

Éste es el principal motivo que ha movido a escribir esta carta al presidente autonómico en la que aseguran que durante todo este tiempo han sido, «y seguimos siendo protagonistas de excepción de esa otra peste que ha traído 'el bicho': la zozobra y ansiedad de millones de trabajadores y empresarios que ven peligrar su sustento».

En este sentido quieren recordar que desde el principio los graduados sociales, asesores laborales cualificados, se ofrecieron a la Administración «para que encontraran en nosotros el necesario apoyo ante la caótica situación que viviendo, en el que los funcionarios (salvo honrosas excepciones) son inaccesibles y están desaparecidos».

Así, «de forma callada y humildemente» –señala el presidente- han venido «trabajando sin descanso» para que los primeros se acogieran a la ayuda por cese de actividad, y los segundos cobrasen la prestación extraordinaria por desempleo.

Esto según ellos es solo «a modo de ejemplo y por resumir» las tareas, encomiendas y trabajos que les trasladan los gobernantes «a golpe de Decreto». Y explican que las normas, cuya redacción «por precipitada y abundante» era en la mayoría de los casos imprecisa y confusa, han necesitado criterios interpretativos y aclaraciones que «más que arrojar luz a nuestro trabajo, nos sumía en un oscuro laberinto de imposibles recovecos».

Es en este escenario de inseguridad jurídica y plazos perentorios en el que indican que se han movido en la mayoría del tiempo. «En él una legión de asesores legislaban aquello que, en la soledad de su despacho, un único profesional tenía que estudiar, asimilar, interpretar y aplicar de un día para otro, pues el BOE del domingo noche dejaba obsoleto lo aprendido durante la semana».

Esta situación también se la trasladan a Fernández Vara, asegurando que está llevando a algunos compañeros «al borde de una enfermedad igual de mala: el desánimo, antesala de abatimiento, que en el peor de los casos acaba en depresión».

Carlos Puebla Lorente finaliza el escrito asegurando que llevan 4 meses y medio sin descanso, así como que el panorama «no es que sea muy halagüeño», temiendo que cuando se acaben los ERTES, seguirán las quiebras de empresas y los expedientes de regulación de empleo.

«Si lo referido no hace que tengamos un hueco entre policías, guardias civiles, periodistas, agricultores y ganaderos..., la verdad, perdone mi osadía, pero déjeme decirle que tanto o más hemos sido esenciales nosotros como ellos», termina la carta.

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