«En la casa de mis primos no entraba nadie, ni siquiera la familia»
LOS PRIMOS HERMANOS DE LOS GILDA HABLAN MIENTRAS SE ESPERAN EN EL CEMENTERIO LOS ENTIERROS ·
«Mi padre (primo hermano) intentó, en varias ocasiones, hace ya algunos años, interesarse por la manera de vivir y los problemas del Nene, pero cada vez que iba a la casa, este le daba con las puertas en las narices: no permitió que entrara nadie en esa casa y tampoco de la familia».A lo largo del día de ayer, sábado, se estuvo esperando la llegada al cementerio Municipal de Los Santos, de los dos cadáveres de los hermanos Antonio y Quiquín O.R , por cuya muerte violenta ha sido detenido su hermano menor, Rafa, que ya se encuentra en prisión decretada por la Juez de Zafra. Todo parece indicar que los médicos forenses necesitan más tiempo para verificar la hora de la muerte de cada uno de ellos. De momento los cuerpos permanecen en las cámaras frigoríficas del Instituto Anatómico Forense de Badajoz
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Los hermanos Gilda – que así se les conoce en el pueblo- solo tienen tres primos hermanos como familia directa: dos varones que viven en Los Santos y una prima que vive en Zafra.
La familia es conocida en el pueblo y la conforman personas trabajadoras y que nunca han tenido problemas con la sociedad. También los hermanos Gilda han sido excelentes trabajadores del campo, agregados a cuadrillas de obreros que acudían en las recolecciones y han trabajado para el Ayuntamiento por temporadas en el desaparecido Plan de Empleo Rural. Quiquin- 64 años- manifestó a uno de sus primos recientemente «la alegría que suponía para él el hecho de que se iba a jubilar pronto». En la Residencia de Mayores, donde acudía al Centro de día a comer, Quiquín era muy apreciado y así lo han publicado en la red social: «Lo echaremos mucho de menos por su simpatía»- dicen-
Juan Luis, el hijo de uno de los primos hermanos, ha señalado a este periódico que «tanto mi padre – que está recién operado de una rodilla en el hospital- como mis otros dos tíos están muy apenados por lo que ha ocurrido en la familia; condenan tanta violencia, acudirán a despedir como se merecen en el cementerio a los dos fallecidos y se interesaran por todo lo que le pueda ocurrir a Rafael a quien, en familia, le llamamos el Nene ;ya nos hemos puesto en contacto con la abogada de oficio que lleva el caso».
Ha hablado también de la relación entre estos primos hermanos con los Gilda y explica que «no ha sido fácil» desde la muerte, hace ya años, de la madre de los hermanos que vivían juntos en la casa número 48 de la calle San Cristóbal.
«La madre era una gran mujer que tuvo una excelente relación con los vecinos y con mucho esfuerzo sacó adelante una familia con 3 hijos varones. La casa, añade, se la dejó su madre al Nene (Rafael, ahora detenido) el menor de los tres. Mi padre intentó, en varias ocasiones hace ya algunos años, interesarse por la manera de vivir y los problemas del Nene, pero cada vez que iba a la casa, este le daba con las puertas en las narices: no permitió que entrara nadie en esa casa y tampoco de la familia».
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Con todo, diferencia en que la relación de familia con el ahora fallecido Quiquín, era muchos mejor: «era más sociable, un encanto de persona que estaba muy tocado después de la separación de su mujer y que vivía en la casa pero con solo el derecho a la habitación». Con el mayor Antonio también les unía el lazo familiar.
La relación entre los hermanos no era mala y tanto Antonio como Quiquín, querían mucho al hermano pequeño- según cuenta este familiar: «Ellos se preocupaban mucho de él sobre todo desde que comenzó a ponerse mal, lo llevaban al médico cuando lo necesitaba y no creo que les pasase por la cabeza que su Nene hiciera una cosa así».
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En opinión de estos primos hermanos el ambiente en ese núcleo familiar se fue cerrado y, en lugar de que las tensiones explotaran hacía en exterior- que a veces ocurría con los vecinos en momentos puntuales por las manías de Rafa- implosionaron en el interior y ocurrió lo más horrible: «no sé si se creó un ambiente de celo entre el Nene y los otros dos hermanos que últimamente estaban más unidos».
Cuenta también que en una cierta ocasión el Nene estuvo ingresado un mes en un Hospital y que casi lo tuvieron que echar a la fuerza: «decía que estaba muy bien allí- cuenta mi padre- y no se quería venir a casa».
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