'Camino del Paraíso', una sátira de Agustín Iglesias con sabor a caldereta
LA COMPAÑíA GURIGAI LA REPUSO EN LOS SANTOS EN EL MONUMENTAL ·
La pluma de Agustín Iglesias hace fácil el entramado de una comedia fresca, que sitúa al espectador entre lo serio y lo jocoso, lo sacro y lo profano…la parodia y la sátira, con una irreverencia que sabe y huele a 'caldereta'.La Compañía Guirigai presentó su producción 'Camino del paraíso' en el teatro Cine Monumental de Los Santos. No pisaban estas tablas desde que hace muchos años lo hicieran con el Poeta Hambriento. A partir de ahora, veremos a esta compañía con más de 40 años de vida, tambien bajo los focos del Monumental. además de en su emblemática Sala Guirigai.
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El público aplaudió con mucha intensidad esta locura de texto y dirección de Agustín Iglesia que se reviste de actor y da vida al fraile Palurgo Le acompañaban en el escenario Magda García Arenal, en el papel de 'Inés de los vivos', y Raúl Rodríguez en el de Monipodio, un curandero itinerante al más puro estilo de la época.
'Camino al paraíso' es una amplia reflexión en clave de humor sobre las actitudes de los peregrinos a Santiago de Compostela en una época de brujerías y supersticiones.
La pluma de Agustín Iglesias hace fácil el entramado de una comedia fresca, que sitúa al espectador entre lo serio y lo jocoso, lo sacro y lo profano…la parodia y la sátira, con una irreverencia que sabe y huele a 'caldereta'.
El fraile Panurgo anuncia su llegada para cocinar la famosa 'Caldereta del Peregrino'. Pide limosnas, viandas y buen vino, a cambio se ganarán indulgencias y una plaza en el Paraíso. Tras él llega el sacamuelas Monipodio, con sus coplas satíricas, pócimas salvadoras, instrumentos de cirugía y múltiples secretos para aliviar males, enderezar huesos y trepanar cráneos. Se une a la alegre zarabanda Inés de los Vivos, perfumista, maga de aceites, tintes y cremas. Nuestros pícaros compiten entre sí: burlas, juegos, seducciones, alianzas, escarceos, exorcismos, fábulas y versos. Su objetivo, cocinar la más sabrosa caldereta. Para degustarla organizan una rifa, a la manera italiana: la Lotto de la Caldereta en la que participarán todo el público.
Y detrás de toda la trama con picarescos versos y situaciones ciertamente cómicas, la fuerza del poder, representado en escena por un gran caballo de Santiago, el Apóstol, al que se reza pero también se teme… el poder de la Iglesia pegada a las sandalias de los peregrinos del camino a Compostela.
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Y la imaginación de Agustín Iglesias que va más allá de todo lo imaginable, poniendo el guiso de una caldereta de cerdo en el centro mismo de la escena y en torno a la cual giran unos personajes creíbles que tienen su traducción en el mundo actual.
En Camino del Paraiso se encuentran textos de Alonso de Navarrete y su Jardín de Venus, introitos de Torres Naharro, versos de Juan de la Cueva y Luis de Góngora, horóscopos de Juan de la Rosa, adivinanzas de Gaspar Martinez de Escalona, hechizos y oraciones a santos de mujeres cuyas voces conocemos por las actas de la Inquisición: Antonia Fernandez, María Gómez, María de Granada y Mencía de Oliver.
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Todos ellos encajados en un retablo bien amueblado por Iglesia que ofrecen al espectador una historia más que creíble, audaz y salpicada de momentos cómicos. También Iglesia, como actor cómico, crea un personaje entrañable: un fraile borrachín que cree firmemente en el más allá pero también en el más acá de su humeante caldereta de cerdo.
Los personajes han surgido de la Lozana Andaluza de Francisco Delicado, de Pantagruel y Gargantua de Rabelais y del Rinconete y Cortadillo de Cervantes
Materiales literarios que crean un texto ágil, dinámico y popular, donde la risa es la protagonista con sus puntos eróticos y severos sermones de pulpito y palmatoria.
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El mercado popular donde se desarrolla la trama y 'se guisa la caldereta', tal cual, es espacio para el intercambio de ideas, noticias y disparates, encuentro para la narración oral trasmitida a través de los siglos por poetas, cronistas o pregoneros. Refranes, plegarias, canciones, recetas de cocina, adivinanzas, hechizos y versos de todo tipo que conforman la tradición popular de la narración oral europea
Magda García Arenal, potente en su papel de 'perfumista' refinada con aires de matrona romana que impregna a su personaje de todos los matices que requieren los textos: sensual, arrebatadora, beata cuando hace falta…llena de vida. Y el veterano actor Raúl Rodríguez que siempre está ahí ,con toda su maleabilidad de su oficio de actor, en el papel de un medico curandero que igual saca una muela que un golondrino de las partes íntimas del fraile y que, en todo momento, se muestra alegre y dicharachero.
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Digna producción de Teatro Guirigai que ya ha recorrido un buen trecho desde su estreno en la Sala Guririgai: Faro, Évora, Fregenal, Villagarcía de la Torre, Talarrubias, La Zarza, Zalamea de la Serena, Braga (Portugal), Guareña, Maia (Portugal), Catuera, Alcollarín, Berlanga y Calamonte. Y las que han de venir en otoño: Barcarrota, Zurbaran y Campanario.
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