En la tarde-noche de aquel 30 de julio de 1994, en nuestro santuario, se produjo uno de esos acontecimientos que, esta vez sí y de manera justificada, se puede considerar como histórico para nuestro pueblo de Los Santos. Ese día, el Exmo y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Mérida-Badajoz, monseñor Don Antonio Montero Moreno, en su primer acto como pastor de nuestra Iglesia Metropolitana, coronaba canónicamente a nuestra bendita y excelsa patrona la Santísima Virgen de la Estrella.
Ese 30 de julio, se hizo realidad un sueño perseguido por muchas generaciones de santeñas y santeños desde que nuestro recordado y admirado «cura de Los Santos», don Ezequiel, a principios del pasado siglo XX, puso en marcha, ante la autoridad diocesana, el proceso de coronación canónica de nuestra querida Imagen.
La coronación de la Santísima Virgen de la Estrella «revolucionó y «espabiló» a la «tranquila» y «acomodada» feligresía de nuestro pueblo. Gran parte de la extensa y productiva actividad pastoral de la comunidad parroquial tiene sus orígenes en aquella impactante Misión de los claretianos meses antes de la coronación.
Gracias a la coronación, también, se consiguió hacer realidad una de las aspiraciones de la parroquia: la adquisición de un edificio donde albergar el Centro Parroquial.
Pero, la coronación, no puede quedarse en el 30 de julio de hace ahora 25 años y, sobre todo, no puede quedarse en nuestra memoria y en nuestra retina solo los impresionantes y costosos fastos que le acompañaron. Los santeños en general y los creyentes en particular tenemos que mantener vivo el espíritu y la fuerza que tuvimos hace 25 años, no nos podemos quedar otra vez quietos, cómodos.
La Santísima Virgen de la Estrella, como Madre, no quiere que sus hijos seamos conformistas; desea que apliquemos, siempre, en nuestras vidas, las enseñanzas de su Hijo Jesucristo que están plasmadas en sus Evangelios; nos obliga a que practiquemos el amor, sobre todo con los más necesitados, que ejerzamos la caridad y el perdón, que seamos valientes a la hora de defender nuestra fe ante aquellos que, continuamente, la están atacando. La Santísima Virgen nos sigue pidiendo, a cada uno de nosotros, que seamos evangelizadores, y que acerquemos la doctrina de su Hijo a los jóvenes, a los niños, a los que, por cualquier motivo, se han apartado de la fe…..
De nada sirve la coronación canónica si permanecemos indiferentes ante la injusticia, la insolidaridad o ante la pertinaz secularización que estamos sufriendo.
Seamos valientes!! No la defraudemos.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.