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Fernanado Zambrano
Fernando Zambrano,  el  taxista de la esperanza para muchos emigrantes extremeños
CON 86 AÑOS VIVE EN LOS SANTOS

Fernando Zambrano, el taxista de la esperanza para muchos emigrantes extremeños

En dos semanas a veces organizaba tres viajes por la ruta de la emigración, muy bien conocida por quienes se montaban en el taxis de Zambrano camino de la esperanza de un mundo mejor en Cataluña. Antes de ser taxista fue caminonero de reparto de pescado durante 12 años

Lucio Poves

Miércoles, 16 de agosto 2017, 11:47

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Las comunicaciones desde Extremadura con el resto de España no han cambiado mucho y ahora que se solicita insistentemente una mejora del transporte por ferrocarril, nos vamos a centrar en la vida de aquellos taxistas que, desde Los Santos, llevaban y traían a vecinos del pueblo y de toda esta comarca.

Fernando Zambrano Burrero Zambrano era uno de aquellos héroes de la carretera que estaba permanentemente en ese pasillo que une Los Santos con Barcelona y los pueblos de la costa hasta Girona- la ruta de la emigracion.

Para quienes tenían que trasladarse a Barcelona, el viaje en tren era muy penoso pues tenían que hacer trasbordo y una noche en Madrid y luego seguir viaje y, desde Barcelona, llegar a los pueblos de la costa como Calella, Lloret, Pineda les iba auténticamente la vida y por eso tres taxistas de Los Santos Antonio, el Calao y yo creamos una especie de cooperativa a principios de los sesenta para hacer más agradable ese viaje y otros a otros puntos de la emigración como Madrid, Bilbaodesde Los Santos y pueblos de alrededor, porque hacíamos una ruta recogiendo a gente y luego dejándolos en los pueblos de destino.

Lo habitual era vir cargado de ida y vuelta y por eso hacían una o dos noches en una casa de Calella - calle San Antonio- donde tenian unas habitaciones alquiladas

De aquellos taxistas solos quedan con vida Rafael Vergara y Fernando quien a sus 86 años vive en Los Santos con su mujer Manuel Ramírez en su casa de siempre casas nuevas- . Su hermano Luis se dedicó igualmente al taxi y a veces subía y bajaba por la ruta de la emigración al igual que Rafael Vergara, José María Rodríguez, Pepe el Conero o Manolo el de Fermín

Todas las semanas hacíamos viajes de ida y vuelta y a veces en dos semanas tres viajes. No solamente transportábamos familias que dejaban Los Santos para irse a trabajar a Cataluña o Bilbao, sino a familiares que iban y venían para visitarse mutuamente. A veces ni nos podían pagar; pero quiero que quede claro que ni uno solo de ellos dejó de abonar su pequeña deuda eran viajes a veces tristes -por las circunstancias de dejar tu pueblo- y otras alegres por los reencuentros en vacaciones, sobre todo en las fechas de la Virgen

Durante 50 años de su vida Fernando estuvo haciendo este trayecto con la más variedad de coches: Mi primer taxi fue un Seat 1.400luego tuve un 600 al que la gente empezó a llamar Ama Rosa- por la novela- pero lo vendí pronto y me compré otro mayor, un 1.500 de 5 plazas; también tuve un Seat 1.500 de cuatro faros y aquellos 7 plazas de la Policía Armada que tenían los asientos enfrentados.

El ultimo coche que condujo Zambrano como taxista fue un Peugeot 505

Por mis cotizaciones en trabajos anteriores me jubile en el año 1.992 anticipadamente a los 60 años y le vendí el coche al Burgui que siguió de taxista yo ya me quité de la carretera. era muy dura la tarea y había que desarrollar mucha paciencia y humanidad a veces el coche iba lleno de chacinas, maletas enormes y hasta algún animal vivo como perros o gallinas.

Su mujer, presente en la conversación, nos añade el sufrimiento de la familia en una permanente espera de que llegara sin saber cuándo y cómo.

Pero Zambrano después de hacer cientos de miles de kilómetros no tuvo nunca un percance.

Este codo lo tengo de platino porque en un cambio de rasante me metí contra un tractorpero fue poca cosa. Los viajes los iniciábamos de noche para llegar a destino al día siguiente; especialmente en la vuelta de Barcelona para que no te diera el sol de cara en esa carretera que yo vi convertirse en Autovía: la Madrid Girona

Ahora siempre con la atención de sus 6 hijos, 12 nietos y 3 biznietos Fernando vive feliz con una memoria prodigiosa y siempre atento a su mujer con la que vivió primero en la plaza de san José y luego en esta casa familiar que huele a recuerdos pero que, curiosamente, no muestra ninguna fotografía de esta etapa de 50 años como taxista.

Yo me crie con una tía en Valencia del Ventoso hasta que, a los 17 años, me vine a vivir con mis padres a Los Santos y entré a trabajar de aprendiz en los talleres de Montoya y Gallardo- yo quería ser mecánico y ahí aprendí lo poco o lo mucho que de ellos se. Luego llegó la mili, que hice en Madrid y estuve de conductor- llevaba y traía personal civil desde la plaza Mayor hasta el cuartel de Campamento

De manera que en el año 1.945 Fernando se licencia con carnet de conducir y una buena experiencia y empezó a trabajar con un coche; pero no era un negocio rentable por lo que se enroló en una empresa de transporte de pescado por carretera con sede en Algeciras

Yo no salí del pueblo pero viajaba mucho. Hasta Los Santos todas las madrugadas llegaba un camión grande y aquí hacíamos la división de la cargayo hacía la ruta hasta Badajoz Mérida y vuelta a Los Santos pasando por numerosos pueblos y el otro camión seguía repartiendo por la ruta principal. Ahí estuve 12 años y fue cuando me casé y me fui a vivir a la plazoleta de San José. Luego, en un viaje, Luis Lemus me propuso comprar esta casa que construía la Caja Ruralya hasta ahora

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